De toda la variedad de las capacidades humanas una de las
más misteriosas es la de negar la evidencia, la de cerrar los ojos a lo
irrefutable. Hay profesionales en favorecer esa ceguera
La manera más segura de no ver algo es empeñarse en no
verlo. Ojos que no ven, corazón que no siente. De toda la variedad de las
capacidades humanas una de las más misteriosas es la de negar la evidencia, la
de cerrar los ojos a lo irrefutable, o incluso mantenerlos abiertos sin
aceptarlo. “Caminamos guiados por la fe y no por nuestros ojos”, dice con
orgullo San Pablo. Parece que no mirando las cosas se logra que no existan, o
que si se aprietan un rato los párpados con fuerza suficiente lo que da miedo o
incomoda habrá desaparecido cuando vuelvan a abrirse.